domingo, 7 de febrero de 2010

comeflores



Carlitos...una noche de invierno en el Marsella me preguntó que si me interesaba el dadaísmo, y hube de asustar Ipso Facto a una nodriza de raza calé que me ofrecía sus flores de refilón, con inmediata deglución...y hasta hoy...apto de aproximarse al ruido como una bacteria soliviantada, siempre me tiene asombrado con esa capacidad el Carlitos, que es claramente muy extraña debajo de los Pirineos, asevero además.
Dal Verme ya tuvo la bondad de aportar algún drone cósmico a nuestro "ars teopática"...y esta vez me ha enviado varias bacterias ilustradas y encapsuladas de ruido para hacer una transición del rizoma al árbol, por mezclar las nominaciones deleuzianas con la necesidad de encontrar una raíz cardial en el caos de las mesetas de este mundo. Nuestro recién bautizado noético ARP 2600, y unos días de ayunos completaron este souvenir rizomático granular. Yo sólo me esforcé en extraer de la nueva Gran Caja, frecuencias que pudieran hacer arrebatar de éxtasis convulsivo a cualquier can.

si este hombre tuviera sólo talento, no habría nada especial que decir aquí; ocurre que se añade cierto humor que siempre me deja con agujetas en el diafragma, una humildad real y esa curiosidad ante cualquier suceso planetario-y conocimientos enciclopédicos musicales-, los mejores calcetines de Europa, y un estómago capaz de comer más flores que el sr antipirina...y además con malafondinga equiparable a su gallardía y corazón.

y que por cierto, que presiento que seremos amigos y compañeros comeflores gran tiempo...notedigonáqueluegosesabetó

3 comentarios:

Dal Verme dijo...

Me sacas los colores...

the cosmogonic escrotolitum dijo...

y lo malo es que es verdad y tó...

GALINSOGA dijo...

Se te olvida el pacto con el diablo de este hombre que lleva 20 años con esa carita de chaval! Pero qué cabrón!